Hola Lizi, no sabes la alegria que tengo de verte, de veros. Me acorde de una cosa de mi suegro y queria mandartela, tiene que ver con la felicidad, esa que se traspira en las fotos. Felicidades. Un abrazo Pablo Diaz y flores para ti y para Lyl Sue
LUGARES
Sabemos, sí, que la felicidad está en nuestro interior; la proyectamos sobre un lugar y así deviene bello. Pero también queremos aprender a saber que hay lugares propicios de siglos esperándonos, para acogernos un día y fecundarnos. Concebida así la lenta plenitud sencilla y cálida de la felicidad, tales lugares nos asombran, riñen, las madres sin poder disimular la sonrisa: ¿por qué buscabas tan allá? Yo estaba cerca. Pasabas y pasabas buscando, proyectando soluciones heroicas, paraísos difíciles; yo estaba casi al borde del camino, esperando año, un siglo, ahora esperando, esperando que un día fueras menos veloz, menos heroico, más sencillo, lo suficiente para que me vieras. Duele esperar. Duele mi sombra tan solitaria y diariamente inútil. Escuchar esto ha sido suficiente para aprender que la felicidad no es solamente algo que llevamos dentro, sino otro lugar distinto que nos espera. ¡Paciente espera de lugares tan asombrosamente próximos donde aguarda el misterio sencillo y cálido de la felicidad!
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Hola Lizi, no sabes la alegria que tengo de verte, de veros. Me acorde de una cosa de mi suegro y queria mandartela, tiene que ver con la felicidad, esa que se traspira en las fotos. Felicidades.
Un abrazo
Pablo Diaz y flores para ti y para Lyl Sue
LUGARES
Sabemos, sí, que la felicidad está en nuestro interior; la proyectamos sobre un lugar y así deviene bello.
Pero también queremos aprender a saber que hay lugares propicios de siglos esperándonos, para acogernos un día y fecundarnos.
Concebida así la lenta plenitud sencilla y cálida de la felicidad, tales lugares nos asombran, riñen, las madres sin poder disimular la sonrisa:
¿por qué buscabas tan allá? Yo estaba cerca. Pasabas y pasabas buscando, proyectando soluciones heroicas, paraísos difíciles; yo estaba casi al borde del camino, esperando año, un siglo, ahora esperando, esperando que un día fueras menos veloz, menos heroico, más sencillo, lo suficiente para que me vieras. Duele esperar. Duele mi sombra tan solitaria y diariamente inútil.
Escuchar esto ha sido suficiente para aprender que la felicidad no es solamente algo que llevamos dentro, sino otro lugar distinto que nos espera.
¡Paciente espera de lugares tan asombrosamente próximos donde aguarda el misterio sencillo y cálido de la felicidad!
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